La Primavera es tiempo de empezar a desplegar la energía, al igual que hace la naturaleza, que brota después del tiempo de reposo y almacenamiento de fuerza.
Siempre digo que hay que incorporar y consumir los alimentos de temporada, uno de ellos el espárrago verde: hoy os hablo de él.
Esta hortaliza es el tallo tierno de la esparraguera, y se llama así porque expliqué mucha asparragina, un aminoácido con un efecto muy característico que le da un gran poder diurético.
Se trata de una hortaliza baja en calorías, que no tiene grasa, con bajo contenido en sal, y rico en vitaminas. Esto le hace ideal, por ejemplo, para las embarazadas. Pero hay que tener en cuenta que evitar en época de lactancia, ya que puede dar un sabor amargo a la leche que provoque el rechazo del bebé a mamar.
También conté ácido úrico, así que hay que vigilar en casos de hiperuricemia, gota, o piedras en el riñón debidas a este componente.
Desde el punto de vista de la Medicina Tradicional China, está relacionado con el elemento Madera. Curiosamente, elemento vinculado a la primavera. Para mí, una demostración más de corrientes que parecen tan distintas, quizás no lo son tanto y vale la pena escoltar. Se clasifica como alimento de naturaleza fría, y sabor dulce y ligeramente amargo; características que potencien en el cuerpo la eliminación de calor y la generación de líquidos.
Hay muchas formas de comerlos, y fritos no es la mejor opción. Pues cuando se calientan a una temperatura suficientemente alta, la asparragina y sus hidratos de carbono producen acrilamida, sustancia nociva por nuestro cuerpo.
Os dejo una receta para comerlos, pues de una forma buena y saludable.