El verano no es una estación que precisamente nos amargue el día, así que no, no voy a hablaros de eso. Hablaré de alimentación, sabores, Medicina Tradicional China y su dietética oriental.
La Medicina Tradicional China usa, entre otros conceptos, el ciclo de los 5 elementos para explicar el equilibrio en el universo y en nosotros mismos. Cada uno de estos elementos pertenece a una esfera funcional, llena de ideas y nociones relacionadas entre ellas. Las estaciones del año se incluyen en estas esferas, y cada estación tiene también un sabor predominante. En verano le toca al Sabor Amargo.
Esto significa que dentro de una dieta variada y equilibrada, para una persona sana y con normo-peso, el hecho de incluir y potenciar en sus hábitos alimentarios durante esta época del año los alimentos de sabor amargo, implica una mayor concordancia de nuestro organismo con el clima y con el exterior, favoreciendo nuestro metabolismo y nuestro estar del día a día.
¿Que nos aportan los alimentos amargos según la dietética oriental?
Tonifica el elemento Fuego, esfera funcional con afinidad por Corazón e Intestino Delgado.
Su naturaleza es Yin, favorece el drenaje y eliminación hacia abajo, promoviendo la evacuación y la diuresis.
Actúa directamente sobre la sangre.
Tiene la característica principal de secante, por lo que resulta útil en caso de humedad interna. Hay que vigilar con el exceso de este en casos de insuficiencia de sangre y/o líquidos orgánicos, debido precisamente a esta acción secante.
También favorece la digestión y abre el apetito.
¿Y qué alimentos son?
Entre otros varios, encontramos el centeno (para el pan del desayuno), el espárrago (los puedes cocinar en el horno), el apio (para hacer cremas de verduras), las hojas de diente de león (para aliñar ensaladas), la rúcula (como ingrediente final en una pizza casera de verduras), el té verde y negro (se puede tomar con hielo), el rábano y el pepino (aliñados en crudo), o el mijo (que lo puedes tomar con el yogur).
Jugando con los alimentos podemos afectar de muchas formas a nuestro organismo, también a nivel terapéutico. Así que, moderación y asesoramiento profesional cuando se cogen hábitos nuevos.